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¿Conoces la diferencia entre retener y fidelizar el talento humano?

Hoy en día, las compañías, empresas u organizaciones que reconocen la importancia de establecer un entorno que identifica la importancia de las emociones acciones de sus colaboradores, sobrellevan con menor dificultad las adversidades en el espacio laboral. Más allá de cumplir a la perfección un modelo de trabajo, se trata de motivar, cuidar, y fortalecer las relaciones para que cada miembro se sienta en un ambiente donde explore la productividad en equipo, es decir, fidelizarlos, no simplemente retenerlos.

Pero, ¿a qué se refiere cuando hablamos de ‘retener’ el talento? En gran medida, este término se le atribuye al hecho de mantener a los empleados en la organización, evitando su salida o rotación. El enfoque de este concepto radica en crear un entorno que atrape el talento por un beneficio en particular, incentivando en muchas ocasiones que el colaborador abandone la empresa y busque otras oportunidades laborales por sentirse insatisfecho desempeñando sus roles o funciones.

Por ejemplo, en algunas compañías no le dan demasiada relevancia a las emociones de los colaboradores o al nivel de satisfacción que tienen con respecto al entorno que los rodea, quizá por desconocimiento, o por fijarse solo en las “bajas cifras de salida”.

Sin embargo, una de las tantas razones por las cuales los empleados quedan “retenidos”, son los beneficios de recibir un salario. De esta forma, las empresas van dejando en el olvido otras políticas de bienestar que son supremamente importantes, como el fortalecimiento del equipo a través de actividades que promuevan la participación y confianza interna. En este sentido, existe una alteración con la realidad de los colaboradores y lo que la compañía cree saber lo que les satisface o no a ellos.

Trabajo compacto y que involucre al equipo= productividad al máximo.

Por su parte, la ‘fidelización’  y bienestar del talento humano implica construir una relación duradera y fuerte entre la organización y sus colaboradores para obtener resultados que le apuntan principalmente a la productividad de la compañía.

En un amplio sentido, se trata de generar un sentido de pertenencia, motivación y lealtad hacia la empresa.

Básicamente podríamos resumirlo en la premisa; para qué crear estrategias de retención a los colaboradores, si el reto es trabajar día a día por mejorar las condiciones de su entorno y de este modo influir positivamente a que elijan quedarse por convicción.

Para lograr esto, hay diferentes factores a los que podemos acudir, tales como:

  • Reconocimiento o recompensas por desempeño.
  • Programas de desarrollo y capacitaciones personalizadas.
  • Oportunidades de participación en la toma de decisiones.
  •  Apuesta de cara a fortalecer una cultura organizacional sólida y valores compartidos. 

Y de esta forma, darle vida propia a la fidelización del talento, que no solo se interesa en mantener a los empleados en la empresa, sino propiciar razones que  los convierten en embajadores y promotores de la organización a largo plazo.

Atraer y trabajar conjuntamente es el proceso de hilos trenzados que conduce a acciones asertivas para alcanzar el crecimiento y éxito de la empresa, independientemente de las barreras que se deban enfrentar.

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